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  • Writer's pictureEric Harris

LA IZQUIERDA Y EL DÍA DE LA MUJER



¿Son justos los reclamos detrás del día de la mujer hoy en día en occidente? ¿Solucionará algo esta fecha tan fomentada por sesgos neomarxistas?


Lamentablemente nos toca vivir en un mundo occidental plagado de voluntaristas inútiles, donde predominan los buenismos pasionales y las modas progresistas pero escasean las soluciones racionales para los problemas reales que nos aquejan.


Desde mi punto de vista el día de la mujer lo único que hace es denigrar al sexo femenino, no solo por los desagradables espectáculos callejeros que vemos año tras año, sino también porque lo pone de por sí en un lugar débil, colectivizante e inútil, para que (sin ningún tipo de mérito) tenga un trato preferencial ante la Justicia. Los lobbies femimarxistas, que son quienes lideran toda esta epopeya vendida como una suerte de “liberación”, operan para obtener privilegios legales (no igualdad ante la ley) y para imponer una agenda izquierdista de división social.


Para estos grupos feministas occidente (a excepción de donde gobierna el socialismo que tanto simpatizan) siempre tiene la culpa de todo, siempre en occidente ocurren las barbaridades, no en otras partes del mundo (respecto a las sociedades islámicas parece que hacen bien la vista gorda). Y es así como se tergiversa todo y se presenta un relato que divide y adoctrina pero que poco soluciona los flagelos que tienen nuestras sociedades. Por ejemplo ¿dónde esta el colectivo de mujeres denunciando la atroz represión injustificada que están sufriendo las mujeres actualmente en Formosa bajo la infectadura de Gildo Insfran? O mismo como han sido silenciadas y reprimidas las damas de blanco en Cuba durante tantos años. Por supuesto que ninguna organización feminista se pronuncia al respecto debido a que tales gobiernos son de su paladar político (de izquierda) y tales mujeres silenciadas no son funcionales a la agenda globalista de genero. No esta de mas aclarar que en occidente es donde existe mayor igualdad legal entre el hombre y la mujer, y de haber una pequeña diferencia de seguro es a favor de esta última.


También podemos ver hoy en día como los movimientos feministas tienen evidentes sesgos anti-capitalistas al enunciar en sus difamadoras pancartas y panfletos frases como “NO a la explotación capitalista de la mujer”, cuando paradójicamente son los avances de la economía de mercado los que han aumentado la calidad de vida de las mujeres (contrariamente a los regímenes socialistas que estos grupos no tienen drama de omitir de sus discursos). Tecnologías como los tampones, las píldoras anticonceptivas, el auge de los servicios, la computación y el software, han dotado de muchas oportunidades y de un espectro muy amplio de acción y desarrollo para las mujeres. Con todo este avance tecnológico propio del capitalismo, las mujeres además reciben ingresos abultados en trabajos donde el riesgo de su salud física es casi nulo, mientras que los hombres siguen haciendo los trabajos de mayor riesgo y mortalidad por salarios proporcionalmente mucho menores.


Y ni toquemos el tema de que bajo las banderas de “los derechos de la mujer” el feminismo reivindica el aborto o, mejor dicho, el asesinato de niños por nacer. Es curioso que siempre se olvidan de mencionar que la mitad de esas pérdidas de vidas humanas son mujeres. Por otra parte, a las femibolches, bien sesgadas por el relativismo moral y el igualitarismo propio de su ideología izquierdista, les cuesta aceptar que existen diferencias muy relevantes entre los hombres y las mujeres, les cuesta entender que la clave del funcionamiento armónico de un grupo social no es la sustitución o competencia forzada entre los sexos sino la complementación y la división del trabajo. Y para ello no debe existir ninguna estructura “patriarcal” como tanto alardean, sino basta con las decisiones espontáneas y razonables de los hombres y mujeres a la hora de elegir como formar una familia, como educar a sus hijos y como llevar el pan a la mesa todos los días.


Pero la incoherencia detrás del día de la mujer continua. Cuando hablamos de proteger a las mujeres y brindarles mayor seguridad, de que las mismas puedan elegir estar armadas y aprender a defenderse, son estos izquierdistas revolucionarios del genero los que abogan por reducir el derecho a la defensa personal a su mínima expresión. Y ni que hablar cuando se propone aumentar las penas para los violadores y demás criminales, todos estos zurdos ponen el grito en el cielo ya que bien comulgan con la ideología garantoabolicionista (o sea justificar a los delincuentes como víctimas de la sociedad).


Por todas estas razones, que muestran la gran hipocresía de este tipo de causas izquierdistas, es que se pierde el foco en las cuestiones reales. No caigamos en enaltecer demagógicamente a la mujer, lo que hay que asegurar es la Justicia verdadera y el respeto al derecho de legitima defensa. También necesitamos familias fuertes con principios arraigados a nuestros códigos de convivencia, jamas debemos hacer apología del relativismo moral del que se nutren el feminismo y demás perversiones de izquierda. Los hombres por su parte deben proteger a las mujeres, y toda la sociedad debe enaltecer el valor de la feminidad que tanto enriquece a nuestra cultura (aspecto que deliberadamente quieren destruir los apologistas de la ideología de género y del feminismo).


Como última reflexión (y contrariamente a lo que difama toda la horda feminista), podemos observar que en los países mas cristianos y capitalistas es donde funciona mejor la Justicia, y, por lo tanto, es donde hay mayor respeto por la vida, la propiedad y la libertad de tanto mujeres como de hombres. Y es justo allí donde hipócritamente estos resentidos sociales de la Nueva Izquierda andan adoctrinando y destilando odio contra nuestro modo de vida.

Téngase presente.

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